martes, 12 de febrero de 2008

Temporadas Malas

Desconcierto_peque
Hay temporadas malas en la vida de uno. Esto es normal, si no las hubiese, no apreciaríamos tanto las cosas buenas que llegan después. O eso dicen. Para mí que es un rollo que nos cuentan para que intentemos salir p'alante. Yo prefiero pensar que existe un karma universal -o algo- y que las cosas se equilibran poco a poco, naturalmente, como la concentración de sales en un líquido, el aceite flotando en el vinagre o cualquier otra comparación mística que se os ocurra. Yo hoy tengo un punto científico, no dejo de pensar en las membranas citoplásmicas de las células que permiten el paso de agua pero no de sales. O un rollo parecido, que permitía a las células estar equilibradas.
"Para toda acción existe una reacción igual y opuesta", decía el Señor N. Pues a mí me gusta pensar que si tienes una época en que todo parece una mierda, pues antes o después tendrás una época igual pero opuesta. Es decir, tendrás una temporada en que todo serán florecitas, pequeños ponys, o lo que sea en tu caso: estar bien en un buen trabajo, acabar la carrera de una p**a vez, vivir un piso ideal, un pequeño regalo un día que no te lo esperas, poder comprarte tal cosa que era la ilusión de tu vida, compaginar especialmente bien tu vida familiar y parejil, etcétera. Esas pequeñas grandes cosas de la vida. Por mucho que luzca el Sol, sea periodo de rebajas y sea tu cumpleaños, si estás jodido, estás jodido y punto. Hasta que no se te resuelven ciertos problemas - que fundamentalmente son gordos y se quedan ahí porque su resolución no sólo depende de ti - pues no se te pasa la tontería.
Triste_peque
Este es otro tema: en mi caso, me lo tomo como algo personal, me enfado conmigo misma. No entiendo lo que me pasa y no me gusta. Y preguntadle a los que me conocen qué pasa cuando no entiendo algo y no me gusta. Porque sí que es cierto que me esfuerzo en entender todo tipo de cosas, desde cómo funciona una cámara hasta porqué es mejor "while" que "goto", pasando por el funcionamiento de la célula. O cómo funcionan los cerebros masculinos y femeninos, que tienen tela ambos.
Estoy empezando a pensar que soy algo así como una optimista creída: considero que puedo llegar a comprender el porqué de cualquier situación, y por ello ver lo bueno, o lo positivo, o la enseñanza que puede albergar. Pero claro, tengo un defecto: me cuesta una barbaridad asumir un no, asumir que no se me dá bien tal cosa, o que no es como yo creía, etcétera.
Como conclusión para explicar estas divagaciones, os diré que ahora mismo tengo un problema cuya resolución depende de mí casi en todos los sentidos, y que "eshtamosh trabajando en ellóu". Pero también tengo un par de quebraderos de cabeza que no dependen de mí y que tengo que asumir tal cual. En fin, ya me conocéis, soltando mis rollos patateros me voy desahogando.
Los que hayáis llegado hasta aquí: tenéis mérito y sois o un encanto o lleváis un cotilla dentro.
Un besito de regalo. Si me véis en directo sólo os daré un abrazo: clave para obtenerlo, "patatas con queso".
Los que no han llegado, que se jodan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tú crees que pensar que una temporada mala conlleva una temporada buena, o que de algo malo podemos desenterrar una enseñanza valiosa, es algo malo cuando ocurre todo lo contrario. Pues te equivocas. Te voy a poner un ejemplo estúpido:
Alguien acaba de salir de un examen creyendo y confiando que va a aprobar. Pero suspende. Entonces piensa "la próxima vez lo haré mejor, ya conozco mis fallos". Pero el profesor de turno desarrolla el siguiente examen a raíz de una paja mental suya. ¿Qué ocurre? que el pobre estudiante optimista carga de nuevo (el examen era demasiado retorcido).
Situación A: El estudiante, como ve que ha cargado dos veces, desiste, se conforma con el suspenso y deja la asignatura para el final de la carrera, y a su vez, se presenta al resto de los exámenes temeroso y desconfiado; sacando notas mediocres cuando en condiciones normales, es decir, tranquilo, lo haría mucho mejor. O peor: cree que por esa asignatura es un claro indicativo de que no está hecho para esa carrera, y la deja.

Situación B: Nuestro amigo el estudiante acepta que ha cargado varias veces, pero decide que esa asignatura sale "por sus cojones" y a tomar por el culo. Y seguramente, tarde o temprano, acaba sacándola. Se siente realizado y feliz; y confía en sí mismo. Y ha terminado la carrera.

¿A que viene toda esta arenga? Supongo que ya lo habrás entendido, pero te daré el coñazo igual: Cada uno tiene sus metas, su moral, sus objetivos para seguir adelante y aprovechar el máximo tiempo de vida. Si piensas que de lo malo puede salir algo bueno, pues mira, mejor para ti; puede que estés viendo algo más que los demás. Si no sale nada bueno de lo malo, pues la próxima vez será. En cambio, si te apoltronas en un sofá con complejo "todo es una puta mierda" no aprenderás, no verás lo que podías ver antes, no disfrutarás porque nada te tendrá sentido, desperdiciando tiempo de vida valioso. Si eres religioso, no verás en ello ningún problema, pero si tienes tus dudas sobre el más allá, te recomiendo no pensar así. Siendo religioso o no, es demasiado tiempo para no aprovecharlo.

En conclusión: Una cosa es ACEPTAR lo irremediable, de lo que no se puede sacar nada; y otra muy distinta es CONFORMARSE y pasar del camino que nos hemos propuesto recorrer.

$DEITY...creo que me he ido por las ramas unos cuantos kilómetros...Perdona por el puto coñazo. Buenas noches xD



PD: Final apoteósico.

kurisu neko dijo...

Primero: Gracias por aguantarme el coñazo e intentar entenderlo además.
Segundo: Me reafirmo en lo mío, en el ejemplo que pones, yo soy una mezcla de ambos estudiantes. Por un lado, uf , he suspendido, pues sería por esto, etc. Y por el otro, esta asignatura antes o después, a base de ver qué no funciona, sale por mis ovarios.
Tercero: Que algo no me salga bien a la primera no quiere decir que de ahí saque en conclusión que no voy a saber hacer nada más, nunca más.
Me cabrea que tal cosa no "me salga", pero tengo muy presente muchas otras cosas que sé hacer mejor que muchos y peor que algunos.
Cuarto: Cuanto más crezco, más convencida estoy de que cualquier cosa que haga está relativamente bien, en la medida que al menos lo he intentado y me he esforzado; y relativamente mal, en la medida en que siempre podré revisarlo o repetirlo y hacerlo mejor.

Conclusión: No sólo soy una optimista irremediable, si no una relativista recalcitrante e indecisa, "Sólo sé que no sé nada". Toma ya.
O sea, que no hay con quien hablar.

^.^UU