Cuando estás puñeteramente en el fondo, pero realmente sabes que hay un abismo mayor, cuando crees que ya no hay más que 3 clavos ardiendo (a cuál más) a los que agarrarte, y pendes de un hilo, y estás de puntillas sobre un último escalón sólido, pero aparentemente sin lugar a donde ir... De repente surgen manos amigas de tal modo que los clavos se transforman en agarres y surgen arneses y mosquetones, y hasta parece haber, entre las tinieblas de la caída al abismo, una malla de seguridad, aunque no podrías asegurarlo...
En ese momento los ríos de emociones que apenas podías contener se estremecen, porque llueve, porque hay tormenta, y perciben en el eléctrico ambiente que se van a llenar, que van a correr con fuerza y que se van a cargar todos los diques de aquí al Océano, sean cuantos sean, y estén formados por la basura sedimentada hasta la putrefacción o sean creados por manos. Las ajenas o las propias. Entonces te das cuenta que el río eres tú y tienes la fuerza de todos los pequeños ríos, arroyos, regatos, de los ríos principales, los secundarios, de todas las lluvias y las tormentas, toda la nieve, toda la tierra. Y ahí vuelves a estar sobre un abismo. Pero ya no es un abismo, es un salto, aunque sea uno muy largo, aunque no sepas cuánto vas a caer, aunque tengas miedo, sabes que lo que hay allí, al otro lado, vale la pena, y sabes que puedes hacerlo, y sabes que quieres hacerlo. Entonces, te desbordas.
PD: Entonces, tecleas "blogger.com" y luego "Aún hay esperanza"
Gracias a todos. Vosotros sabéis que sois todos, puñeta.